Las calles de Francia se convirtieron en escenario de tensión este Día Internacional de los Trabajadores, cuando la policía reprimió con gases lacrimógenos las masivas manifestaciones convocadas por los principales sindicatos del país.
En Lyon, la situación escaló en el centro de la ciudad, donde las fuerzas de seguridad dispersaron a los manifestantes cerca del puente Gallieni, generando momentos de caos.
Imágenes grabadas por testigos captaron el instante en que los gases lacrimógenos se esparcieron, mientras algunos manifestantes, varios con rostros cubiertos, intentaban devolver los botes a los agentes; las protestas, lideradas por una coalición de las ocho mayores federaciones sindicales francesas, buscaban alzar la voz por mejoras salariales, mayor protección para los jubilados y un firme rechazo a los movimientos de extrema derecha.
Las demandas resonaron no solo en Lyon, sino en otras ciudades de Francia, donde los trabajadores exigieron fortalecer las políticas de protección social; las movilizaciones reflejaron el descontento de la clase obrera ante las crecientes dificultades económicas y la polarización política en el país.
La represión policial ha desatado críticas y avivado el debate sobre el derecho a la protesta, en un contexto de creciente malestar social.
Con información de Nota de Prensa
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