Ecuador ha tomado una decisión que ha encendido el debate nacional e internacional: Las islas Galápagos serán el nuevo hogar de una base militar estadounidense, información divulgada reseña que el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha justificado esta acción alegando la necesidad de “combatir el narcotráfico, la pesca ilegal y otras actividades ilícitas marítimas” en este enclave estratégico.
Las islas Galápagos, un tesoro natural declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, han sido reconocidas mundialmente por su importancia ecológica y turística; la decisión, basada en tratados de cooperación militar firmados el 15 de febrero de 2024 entre Ecuador y Estados Unidos, ha sido aprobada por el Consejo de Gobierno de la provincia de Galápagos.
El acuerdo permitirá la “operativización de una base militar con personal militar y civil del Departamento de Defensa de EEUU y sus contratistas, alojados a 600 millas de la provincia de Galápagos,” incluyendo “privilegios, exenciones e inmunidad equivalente” a la del personal diplomático según la Convención de Viena.
Para evitar posibles daños ambientales, la resolución estipula que se debe solicitar a Estados Unidos la firma de declaraciones que aseguren el cumplimiento de estándares ambientales, sin embargo, esta medida ha generado preocupación entre organizaciones ambientalistas y sociales, quienes señalan que “en eventos anteriores con presencia militar estadounidense, no se respetaron las mínimas normas establecidas en la Constitución del Ecuador.”
Los críticos advierten que “el uso de armas podría poner en riesgo el frágil ecosistema de las islas Galápagos,” y sugieren que la construcción de una base militar podría violar el artículo 258 de la constitución ecuatoriana; el debate está abierto y el mundo observa con atención este controvertido movimiento.
Con información de Nota de Prensa
Foto Cortesía