El Papa Francisco finalizó su viaje de seis días a Canadá, nación que visitó para pedir perdón a los indígenas por los abusos que sufrieron en los internados, dirigidos por la Iglesia Católica.
Durante una rueda de prensa en el avión en el que se trasladaba hacia Roma nuevamente, el Papa aseguró que la puerta está abierta a su posible renuncia al pontificado, debido a sus limitaciones física, por su problema en la rodilla que le impide caminar y estar mucho tiempo de pie, por lo que no cree que pueda seguir con el mismo ritmo de antes.
«A mi edad y con esta limitación tengo que ahorrar un poco de fuerzas para poder servir a la Iglesia o al contrario, pensar en la posibilidad de echarme a un lado», dijo durante su rueda de prensa.
Con esta declaración el sumo pontífice, deja claro que la renuncia es una de las opciones de futuro siguiendo el ejemplo del Papa Benedicto XVI, que renunció al pontificado en febrero de 2013, al asegurar que le faltaban las fuerzas.
«La puerta está abierta y es una de las opciones. Pero hasta ahora no he llamado a esta puerta. No he sentido aún esta posibilidad, pero esto no quiere decir que mañana no empiece a pensar en ello», reiteró.
Al tiempo que destacó que «no sería algo extraño o una catástrofe, puesto que «se puede cambiar de Papa, no hay ningún problema», añadió.
Francisco explicó que cualquier tipo de decisión será «la voluntad del Señor». «Si el Señor te indica que tienes que ir al rincón, te vas al rincón», aunque señaló que aún no ha sentido esa llamada.
Con información de Nota de Prensa
