El nuevo gobierno de Colombia encabezado por Gustavo Petro, buscará una vez asuma las riendas de la nación neogranadina el próximo 7 de agosto, reparar relaciones diplomáticas, como es el caso con Venezuela, pero lo más importante sería concretar el desarme y desmovilización del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo subversivo más grande del país.
Desde finales del gobierno de Juan Manuel Santos e inicios del actual, dirigido por Iván Duque, se habían intentado varias negociaciones con la organización, pero ninguno logró concretar acuerdos. Sin embargo, el recién electo presidente Petro, se refirió a que sería Cuba la primera opción para la sede de los diálogos, mismo país en el que se hicieron los acuerdos con las extintas FARC. Pero que la decisión final corresponderá al mismo gobierno cubano, luego de que las negociaciones con las FARC no fueran provechosas para ellos, al ser acusados de refugiar a los líderes de las guerrillas.
Agregó que todos los otros países que fueron garantes, como Noruega, siguen con la invitación para mantener este papel en estos acuerdos. Además, el presidente de Chile, Gabriel Boric, le confirmó a la vicepresidenta Francia Márquez que están dispuestos a recibirlos en esa nación como sede para las reuniones.
“Si el gobierno de Noruega quiere mantener su papel de garante que lo era, eso se puede abrir a otros países. España ha expresado disposiciones alrededor de ayudar al proceso de paz colombiano y ahora la República de Chile, indudablemente toda América Latina, porque al final lograr éxitos en disminuir sustancialmente la violencia en Colombia, hoy, cada vez más compleja, es también un éxito americano”, aseguró Petro.
La voluntad de diálogo no solo parece ser de parte del gobierno Petro, sino que también del ELN; Eliécer Erlinto Chamorro, alías Antonio García, habría confirmado los acercamientos del gobierno entrante con este grupo guerrillero para reiniciar los diálogos de paz.
Con información de Nota de prensa