La tarde de este martes fue trasladado el féretro con los restos mortales de la reina Isabel II, desde la Catedral de San Giles en Edimburgo, Escocia, al Palacio de Buckingham en Londres, donde mañana se instalará una capilla ardiente en el palacio de Westminster.
El ataúd salió esta tarde en una procesión fúnebre de la catedral de St Giles, donde más de 26 mil personas han presentado sus respetos a la monarca desde el lunes, y fue transportado en un avión militar, acompañado por su hija la princesa Ana, a la base aérea de Northolt, al oeste de Londres, donde aterrizó en torno a las 19.00 hora local (18.00 GMT).
A los alrededores del Palacio se encontraba una multitud congregada para recibir el cortejo fúnebre de la reina, que mientras llagaba aguardaban en silencio, pero una vez estuvo dentro la multitud estalló en vítores y aplausos.
La familia real también aguardaba la llegada de los restos de la reina dentro del Palacio.
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