En la noche del miércoles 18 de diciembre, un voraz incendio consumió el Estadio Internacional de Alepo, el recinto deportivo más grande de Siria, dejando a su paso significativos daños en sus instalaciones.
El incidente ocurre en un contexto turbulento para Siria, marcada por la salida del expresidente Bashar al Assad; Assad explicó recientemente que su partida hacia Latakia fue motivada por la necesidad de “supervisar las operaciones de combate”, especialmente en un momento donde “las fuerzas terroristas” ya habían ingresado a Damasco, la capital del país.
Las autoridades aún investigan las causas del incendio que dejó grandes extensiones del estadio reducidas a cenizas y escombros; la tragedia resuena en un país que aún intenta recuperarse de conflictos y tensiones políticas.
El suceso ha generado una ola de conmoción tanto dentro como fuera de Siria, subrayando las dificultades que enfrenta esta nación en su camino hacia la estabilidad y recuperación.
Con información de Nota de Prensa
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