Las políticas del Presidente Donald Trump están ahuyentando a los turistas internacionales de Estados Unidos, generando un rechazo que amenaza con hundir aún más una industria ya golpeada por la pandemia.
Aranceles agresivos, amenazas a aliados y rumores de una nueva prohibición de viaje que podría afectar a ciudadanos de hasta 43 países, como Bielorrusia, Camboya y Santa Lucía, han creado un clima que los viajeros perciben como “hostil y aterrador”, según testimonios recopilados por medios globales.
Mallory Henderson, una consultora británica de 53 años, canceló su tradicional viaje de Semana Santa a Boston, argumentando: “Tantos estadounidenses quieren huir del ambiente tenso y tóxico que reina en su país. ¿Por qué querría alguien ir de visita, especialmente ahora, con todas las detenciones arbitrarias en migración?”.
En su lugar, optó por destinos más “acogedores y agradables” para reunirse con su familia, reflejando el sentir de muchos que evitan contribuir a la economía estadounidense.
El sector turístico, que proyectaba un crecimiento del 9% para 2025, enfrenta ahora una caída del 5,1% en llegadas y una pérdida estimada de 18.000 millones de dólares, según Tourism Economics; el boicot de los canadienses, con un descenso del 24% en cruces fronterizos tras los aranceles, ha sido un golpe duro, mientras aerolíneas como United Airlines reportan una “gran caída del tráfico canadiense”.
En Europa, las llegadas cayeron un 1% en febrero, frente al alza del 14% del año anterior, y países como Reino Unido, Alemania y Canadá han emitido alertas de viaje advirtiendo sobre detenciones en fronteras.
Casos como el de un científico francés, a quien se le negó la entrada por opiniones en su teléfono, han encendido las alarmas: “No me parece bien apoyar la economía estadounidense cuando el presidente está causando tanto sabotaje”, expresó Christoph Bartel, un alemán que canceló su viaje a Arizona, prefiriendo Canadá o México.
En el Reino Unido, las reservas han caído un 5%, afectadas también por el dólar fuerte y los altos costos hoteleros, según agencias como Bon Voyage Travel & Tours.
En destinos como Nueva York y California, pequeños operadores turísticos enfrentan cancelaciones masivas; “Veinte autobuses llenos de personas mayores me acaban de cancelar los viajes que tenían programados. Son miles de dólares de pérdidas para mi pequeño negocio”, lamentó Luke Miller, dueño de Real New York Tours.
Mientras las ciudades intensifican campañas para atraer visitantes, la incertidumbre y el temor persisten, poniendo en jaque la recuperación del turismo estadounidense.
Con información de Nota de Prensa
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