El volcán Poás, un importante destino turístico de Costa Rica, experimentó una erupción repentina el lunes 21 de abril, generando una impresionante columna de ceniza y humo que se elevó a más de tres kilómetros sobre su cráter, según informaron fuentes vulcanológicas.
El coloso, con una altitud de 2.708 metros y que había mostrado un incremento en su actividad desde el pasado 1º de marzo, tuvo un episodio eruptivo de considerable intensidad que se prolongó durante aproximadamente seis minutos, antes de disminuir su fuerza, detalló el vulcanólogo Mauricio Mora.
«El volcán hizo erupción de manera súbita alrededor de las 14:14 hora local [20h14 GMT]. Esta generó una pluma eruptiva que se habría elevado hasta dos o tres kilómetros de altura, incluso podría ser superior», precisó Mora.
El experto de la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica añadió: «La señal sísmica habría tenido una duración de unos seis minutos, correspondiendo a la erupción principal, con varios pulsos eruptivos […]. El proceso continúa y actualmente se mantienen los reportes de caída de ceniza en diversas áreas.»
Ubicado a unos 50 kilómetros por carretera desde San José y enclavado en un exuberante bosque, el volcán Poás se encuentra bajo alerta naranja (nivel tres de cuatro) desde el aumento de su actividad en marzo. Esta situación ha llevado a las autoridades a implementar restricciones en las visitas turísticas, aunque sin llegar a una suspensión total.
Cabe recordar que las visitas al volcán ya habían sido interrumpidas entre abril de 2017 y agosto de 2018 debido a erupciones previas. Su reapertura se realizó bajo estrictas medidas de seguridad, incluyendo la disposición de refugios y equipos de protección para los visitantes.
Con información de Nota de Prensa
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